Mira.

Tanto si eres cantante como si no, te interesa saber las clases de cantantes que hay, bajo mi opinión no solicitada de hoy.

Llevo ya muchos años trabajando con cantantes, primero como pianista y después como director, y he visto que los cantantes se pueden clasificar, principalmente, en tres clases:

  1. Los que quieren trabajar con el director de orquesta y de escena.
  2. Los que no quieren trabajar con el director de orquesta y de escena.
  3. Los que quieren trabajar con el director de orquesta y de escena pero no pueden/saben.

Me explico.

A la primera clase pertenecen aquellos cantantes que vienen con la ópera bastante aprendida o bien aprendida porque ya la han cantado.

Aceptan las indicaciones del director de orquesta y de escena y las trabajan para incorporarlas lo antes posible.

Si tienen algún vicio de alguna nota o de ritmo lo trabajan hasta eliminarlo.

Aunque hayan cantado la ópera cientos de veces están abiertos a cualquier indicación de los directores que pueda mejorar su actuación.

A la segunda clase pertenecen aquellos cantantes que vienen con la ópera bastante aprendida o bien aprendida porque la han cantado muchas veces pero que ante cualquier indicación del director de orquesta hacen caso omiso, cantando su parte desde el primer día de la misma manera.

Si tienen un vicio de notas o de ritmo lo van a hacer hasta la última representación, para sufrimiento del que mueve la batuta.

El trabajo con el director de escena se hace bastante insufrible: ante cualquier cosa ponen pegas y acaban haciendo más o menos lo que les da la gana, para sufrimiento del que trabaja la escena.

Y a la tercera clase pertenecen aquellos cantantes que vienen con la ópera bastante aprendida o bien aprendida y que queriendo hacer las indicaciones que les dice el director de orquesta y de escena no pueden porque o bien tienen carencias técnicas o bien tienen carencias musicales.

De estas tres clases ya sabes cuál es el cantante idóneo.

Al principio de mi carrera malgastaba mucho tiempo con los de la segunda y tercera clase.

El resultado era que, por muchas horas que había trabajado con ellos, el resultado era el mismo que el primer día, ya sea porque no les interesaba cambiar lo mínimo o porque no podían/sabían.

Pero te digo un secreto a voces:

Un cantante puede cantar muy bien, tener buena voz y buena planta, pero como dé demasiados problemas, haga lo que le dé la gana y no trabaje en equipo, tarde o temprano se le acabará el chollo y los teatros estarán deseosos de quitárselo de en medio.

Porque, al fin y al cabo, no se trata solo de tener una buena voz y de cantar bien.

Se trata de ser profesionales.

Cuando James Levine echó a la soprano Kathleen Battle del Metropolitan por su comportamiento de diva poco profesional, a los pocos días el personal del Metropolitan lucía camisetas con el lema: Yo sobreviví a la Battle.

Por tanto.

Mi recomendación para los cantantes de la newsletter:

  1. Estudia bien la ópera antes de llegar al primer ensayo.
  2. Trabaja en armonía con el director de orquesta y de escena escuchando lo que te proponen y aplicándolo en la mayor medida posible.
  3. Trata bien a todo el mundo, desde tus compañeros de reparto hasta el último técnico de escenario.

De esta forma te aseguro que, cuando termine la ópera, ninguna persona del teatro tendrá una camiseta con tu nombre…

¡Que pases un gran día!

Daniel

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